Tan solo una sesión TIC ha bastado para conseguir que unos dedos blanditos y flexibles que al principio se resistían a obedecer cogieran fuerza y se hicieran los dueños de una situación que parecía divertida a la vez que complicada.
- Encendimos el ordenador.
- Abrimos y cerramos el navegador.
- Creamos un documento en Word donde escribimos nuestro nombre, conseguimos seleccionarlo para dale forma y aumentar su tamaño; lo centramos en la página y exploramos con el teclado.
- Insertamos una imagen.
- Y por último, apagamos de forma correcta nuestro mini.
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